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Luciana Bordón: “Contar nuestras historias también es un acto de memoria”

 

 

Así lo expresó la joven realizadora audiovisual, quien junto a Melina Montoya presentaron “Puño”, la obra que se quedó con el primer premio del Concurso de Cortometrajes Raíces.

 

El Concurso de Cortometrajes “Raíces”, impulsado desde la Productora de Contenidos Audiovisuales de la UNPA y el Banco Credicoop, cerró una primera edición que confirmó la potencia del audiovisual como herramienta para reconstruir identidades y narrar la historia local desde perspectivas íntimas y comunitarias. En ese marco, el primer premio fue para “Puño”, dirigido por Luciana Bordón, una producción que conmovió al jurado y al público por su sensibilidad, su rigurosidad y su profunda apuesta por la memoria colectiva.

 

EL CINE COMO ACTO DE REPARACIÓN

Realizadora y estudiante avanzada de la Licenciatura en Comunicación Audiovisual, Luciana Bordón encontró en Raíces el espacio para concretar un proyecto largamente deseado: contar la historia de Walmir Oscar “Puño” Montoya, uno de los 16 desaparecidos de la provincia de Santa Cruz. La idea nació hace años en conversaciones con Melina Montoya, sobrina del joven desaparecido, quien guardaba el archivo familiar como un tesoro: fotografías, cartas, diapositivas y filmaciones en Súper 8 realizadas por el propio Puño.

El cortometraje no solo recupera ese archivo, sino que lo resignifica desde una perspectiva afectiva. Luciana y Melina trabajaron codo a codo durante meses, revisando cajas, clasificando materiales, reconstruyendo fragmentos de una vida marcada por el compromiso social y la creatividad. La directora lo resume con una frase que se volvió eje de la obra:

“Contar nuestras historias también es un acto de memoria”.

Esa búsqueda convirtió el proceso en una experiencia emocional profunda. Bordón explicó que uno de los mayores desafíos fue evitar la solemnidad, sin perder el respeto que el tema exige: “Queríamos hablar de Puño sin petrificarlo en su condición de desaparecido. Queríamos devolverle vida, humor, juventud, movimiento. Que la familia pudiera reconocerse en él, no desde el dolor, sino desde el amor”.

El resultado es un cortometraje donde la estética se articula con la memoria. Las imágenes analógicas dialogan con las voces actuales de la familia, generando una narrativa que combina pasado y presente, duelo y reparación. La pieza destaca por su delicada edición, la construcción sonora que acompaña sin invadir, y la elección de narrar desde la cercanía y la escucha.

“Puño” no solo ganó el concurso: convirtió a la sala en un espacio de silencio atento, emoción y reflexión, mostrando que las memorias familiares también forman parte del tejido identitario de Caleta Olivia y de Santa Cruz.


LAS OBRAS GALARDONADAS

El segundo premio del concurso Raíces fue para “Semillas del viento”, una producción de Nélida Sanduay, Jimena Mascareño, Dalma López, Ariana Velasco, Celeste Navarro y Rosa López, que recorre los orígenes de Caleta Olivia a partir de una carta escrita por Saturnino López, uno de los primeros pobladores de la ciudad. El cortometraje enlaza identidad, legado y emoción a través de la voz de una familia que decidió preservar sus raíces desde la memoria epistolar.

El tercer lugar quedó en manos de “Refugio”, realizado por María Pía Acosta, Daniela Ferreyra y Liliana Reinozo, un documental que vuelve sobre los días de 1982 en Caleta Olivia mientras la Guerra de Malvinas estremecía al país. Con testimonios de vecinos, excombatientes, docentes y trabajadores petroleros, la obra reconstruye la atmósfera de espera, incertidumbre y comunidad que se vivió lejos del frente de batalla.

Las tres producciones revelaron la potencia de las narrativas locales y el compromiso de estudiantes y realizadores con la historia de la región. Raíces dio un importante paso para consolidarse como un espacio de creación que invita a mirar hacia adentro, recuperar voces, abrir archivos familiares y hacer del cine un puente entre memoria, identidad y presente.